viernes, 28 de mayo de 2010

Retos y perspectivas



Segovia, 26 de Mayo de 2010: Consejo Editorial y posterior mesa redonda.


Tal y como estaba previsto, el pasado miércoles se celebró el Consejo Editorial de nuestra revista Internacional de Investigaciones Publicitarias. Siguiendo el Orden del Día establecido se abordaron los puntos que se enumeran a continuación: Situación de la revista y perspectivas; tareas de los miembros de la revista en su organigrama de funcionamiento; renovación de cargos; proyectos paralelos y el capítulo de asuntos varios.

Después de la comida se llevó a cabo una mesa redonda en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de Segovia (Universidad de Valladolid). Durante los minutos que tenían asignados para su exposición intervinieron Joan Sabaté (Universitat Ramon Llull), Marian Núñez (Universidad de Valladolid), Francisco García, Pedro Vidal y Teresa García (Universidad Complutense de Madrid) y, finalmente, Raúl Rodríguez (Universidad de Alicante). Tras una breve intervención inicial de Antonio Caro, el caos - sembrado por Joan - y la polémica - iniciada por Pedro -, se propusieron como punto de partida. Sin embargo, un tema planteado por Raúl implicó que el debate derivase en una cuestión que puede requerir un monográfico posterior sobre las llamadas "marcas blancas". Tras algunas aportaciones del público asistente, fueron Jon Dornaleteche - secretario técnico -, Marta Pacheco - secretaria de redacción - y Jesús Bermejo - en su condición de Codirector de la revista -, los encargados de cerrar el acto con sendas intervenciones desde el patio de butacas.

El evento también sirvió para la presentación del último ejemplar publicado: el Volumen 3, número 1 del año 2009. Un motivo, por sí mismo, de celebración tras el esfuerzo que ha supuesto su redacción, confección y distribución. Por esta razón el esquema de entradas que se viene realizando en este blog se ha visto modificado con este post. Al punto que, durante el mes de junio, los martes y jueves se destinarán a la revisión de los artículos del vol. 2, nº2 de 2008 que están disponibles en la página oficial de la UCM. Los viernes se insertarán tres resúmenes de las aportaciones que, de momento, solo están accesibles en su versión impresa. Como es lógico, se trata de suscitar el interés por su lectura y también promocionar la adquisición de ejemplares: una legítima forma de apoyar la continuidad de la Revista.

A este respecto nos permitimos sugerir la visita a la Unión de Editoriales Universitarias Españolas. Por supuesto, también estará disponible en los puntos habituales de venta a disposición de sus seguidores habituales. Confiamos en recibir comentarios al respecto de sus contenidos, ampliando nuestro círculo de "pensadores de la publicidad".


jueves, 27 de mayo de 2010

La presente entrega de Pensar la Publicidad


completa el volumen 2 de nuestra publicación


Que, como sabe el lector, tiene una periodicidad semestral.
El número se compone de una variedad de artículos escritos por especialistas en la materia españoles e hispanoamericanos, además del editorial y la sección de reseñas –notablemente ampliada con respecto a la entrega anterior– y una interesante novedad: el DVD adjunto, que recoge la lección que el maestro de la enseñanza de la creatividad publicitaria en nuestro país, el profesor José María Ricarte, impartió el curso 2005-2006 a sus alumnos de la Universidad Autónoma de Barcelona, grabada por iniciativa del grupo de investigación Publiradio y cuya publicación el profesor de la misma universidad y director de dicho grupo de investigación, Armand Balsebre, ha tenido la gentileza de ceder a nuestra revista, además de acompañar el DVD con la nota introductoria que figura en estas páginas.

Paso ya a referirme al resto del contenido del número.
En el editorial, Jesús Bermejo plantea la interesante y muy oportuna cuestión de qué estatuto científico corresponde a la publicidad, partiendo de la indefinición con que la materia es contemplada según los códigos de la UNESCO y en un momento en que el fenómeno publicitario alcanza la envergadura que todos conocemos. El codirector de Pensar la Publicidad no se limita a plantear la cuestión, sino que convoca a todos los interesados en la materia a enviar sus sugerencias a nuestra redacción (plp_red@uva.es), con objeto de generar un debate del que depende en buena medida el grado de cientificidad que pueda alcanzar una materia – a partir de su reconocimiento oficial – que necesita con urgencia avanzar en su teorización, en función de la mencionada incidencia que tiene la publicidad en nuestras sociedades y en la existencia cotidiana de cada uno de nosotros...

Y es a través de esta nueva entrega como avanzamos en nuestro empeño de estimular a pensar la publicidad por parte de los investigadores españoles y latinoamericanos. Coincidiendo con la aparición de este número, el ya muy numeroso Consejo Asesor de Pensar la Publicidad se amplía con dos nuevos nombres: el español Isidoro Arroyo, profesor titular de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Rey Juan Carlos, y el argentino José Luis Fernández, titular de la cátedra de Semiótica de los Géneros en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. A ambos, nuestra más cordial bienvenida.

Antonio Caro Almela es profesor titular de Teoría de la Publicidad en la Universidad Complutense de Madrid y coordinador del foro de debate pensarlapublicidad.

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martes, 25 de mayo de 2010

Sobre el estatuto científico de la Publicidad

en el día de hoy


¿Cuál es el estatuto científico de la Publicidad hoy? ¿Es aquel que le atribuyen las instituciones político-científicas en sus clasificaciones o debería ser otro? Estas y otras cuestiones no están exentas de interés pues apuntan a una reflexión teórica sobre el fundamento epistemológico de la misma, así como a la necesidad de buscar soluciones que resuelvan algunas situaciones prácticas que merecerían consideración. Pero vayamos por partes. Remontemos primero el curso de la historia para recordar brevemente cuál es el camino que nos ha llevado hasta la situación actual.

A lo largo de la historia, el impulso del hombre por conocer, entender y dominar su entorno natural y social le ha llevado a cristalizar sus descubrimientos y avances en diferentes disciplinas. Unas más pronto, otras más tarde, en virtud del fruto de sus aportaciones y beneficios para el hombre, fueron adquiriendo un estatuto y consideración social y política. Apareció así un ramillete de ramas del saber relacionadas con el entorno natural, que darían lugar más tarde a disciplinas de la materia como la química, de la naturaleza viva, como la medicina, otras como la filosofía, que ahondaban en la capacidad reflexiva del hombre acerca de sí y de su ser en el mundo y de la que progresivamente a lo largo de los siglos se irían desgajando numerosas ciencias sociales y humanas; otras disciplinas, como las artes, abordarían las capacidades expresivas y estéticas del hombre. También había aquellas actividades ligadas a las necesidades prácticas del hombre (como las que derivarían en la ingeniería y la arquitectura), y otras de naturaleza teórica, con aplicaciones prácticas, como la lógica y las matemáticas...

Lo que aquí hemos dicho no sólo refleja la situación del estatuto científico de la Publicidad, requiriendo una revisión y eventual modificación en las diferentes clasificaciones existentes en el ámbito científico, lo que supone un proceso de reivindicación social, sino que plantea la necesidad de definir explícitamente en ese proceso la identidad de lo que es y de lo que no es la Publicidad y su estudio científico; si ésta tiene estatuto epistemológico y objeto de estudio material y formal,si tiene en definitiva una identidad científica. Es tiempo, tal vez, de explicitar esta reflexión e invitamos a ello desde aquí, proponiendo a todos aquellos lectores que se sientan implicados por esta reflexión que envíen a la redacción de esta revista sus sugerencias o también su propuesta de códigos para la Publicidad que podrían incluirse en la nomenclatura de la UNESCO para los campos de Ciencia y Tecnología. Esta reflexión colectiva tal vez nos permita avanzar un poco más hacia una mejor ubicación y reconocimiento del estatuto científico de la Publicidad y a hacer avanzar, en definitiva, nuestra manera de pensar la publicidad y contribuir a que se piense en relación a ella, en otros foros, de una manera más certera y ajustada a lo que realmente es y representa en nuestras sociedades contemporáneas.

Director de LiPSiMedia (Laboratorio de Investigación de Publicidad y Psicología de los Media). Profesor Titular de Psicología de la Comunicación y Narratología Audiovisual de la Universidad de Valladolid. Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación. Sección Departamental de Comunicación Audiovisual y Publicidad.

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jueves, 20 de mayo de 2010

Gabinetes que informan,


medios que ratifican

En muchos casos la información que preparan los gabinetes de comunicación puede ser consultada por los ciudadanos a través de Internet. Pero con este sistema se suprime la función de los medios de comunicación y la información se transmite directamente desde la fuente al receptor. Por eso, cuando el navegante consulta este tipo de información, debe saber que esas noticias responden a los intereses particulares de quien las ha elaborado y no les puede otorgar el rigor y la objetividad que se les presupone a las informaciones preparadas por los medios.

La comunicación organizacional despega impulsada por el incremento de circulación de la información y el aumento del valor añadido de esa información. Gracias a las nuevas tecnologías, los mensajes pueden llegar en unos segundos a cuantos medios se quiera, pero además ya no son sólo texto, sino que se pueden acompañar también de imagen, sonido o contenidos interactivos.
En este panorama, los comunicados de prensa han alcanzado una doble utilidad.
En la mayoría de los casos se utilizan para anunciar informaciones que la fuente considera interesantes para los medios, pero que no tienen la relevancia suficiente como para convocar un encuentro personal con los periodistas en una rueda de prensa. Sin embargo, a veces se produce justamente el caso contrario: el hecho es tan relevante que se quiere evitar el contacto para que los periodistas no puedan preguntar directamente a la fuente y manejen únicamente la información que ella les ofrece...

Pero este modo de trabajar suprime el medio en la cadena de la comunicación, de manera que la información que proporciona la fuente llega directamente al receptor, sin que medie el trabajo de los periodistas de los medios. Cierto es que la información que difunde la fuente está preparada por un profesional de la comunicación, pero carece de la objetividad periodística y el contraste de fuentes que se les presupone a los medios, pues ha de tender siempre hacia posiciones interesadas y prestigiosas para la entidad, institución o empresa que la difunde.
Por eso, cuando los ciudadanos y ciudadanas consulten en Internet una información preparada desde cualquier gabinete –institucional o no–, es necesario que no olviden que esa información responde a los intereses particulares de quien la elabora y que nunca es equiparable con la publicada por un medio de comunicación. La información del gabinete deberá ser considerada como una visión más, pero no la única.

José Sixto García es Licenciado en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (USC) con Premio Extraordinario Fin de Carrera de Galicia y de la USC. Inició su actividad investigadora como colaborador del Departamento de Ciencias de la Comunicación en 2005. Desde septiembre de 2006 goza de una bolsa de la Xunta de Galicia para cursar el doctorado y pertenece al Grupo Novos Medios.

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martes, 18 de mayo de 2010

Globalización y manipulación ideológica


mediante la publicidad sobre fast food

La globalización no es sólo vivir en la aldea global de McLuhan (1993). También involucra aspectos negativos para la cultura de los países «en vías de desarrollo», al verse sometidos a imposiciones en los órdenes económico, social, cultural, político, ideológico, etc., por parte de las naciones que lideran ese nuevo modo de ser y estar en el mundo (Martín Barbero, 2001). A tal influencia no escapa la gastronomía venezolana, lo cual aborda este trabajo con el objetivo de describir el discurso de la manipulación ideológica llevada a cabo por la globalización/mcdonaldización, a través de la comida rápida publicitada por los medios. Dicho análisis se ha basado en la semiótica de la cultura de Lotman (1996, 1998, 1999), para escudriñar la publicidad sobre las cadenas de fast food transmitida por los mass-media. Los resultados revelan el establecimiento de un nuevo patrón cultural de consumo centrado en la comida chatarra, expendida por las diversas cadenas de fast food que se han sembrado en toda Venezuela. Entre las conclusiones preliminares se tiene que este hecho, además de amenazar con «importar» al país el problema de la obesidad que viven las potencias con larga tradición en este tipo de comida (y estilo de vida), evidencia la manipulación ideológica emprendida por la globalización con fines hegemónicos y que fue muy bien acuñada en la expresión «la mcdonaldización de la sociedad» (Ritzer, 1993, 2006; Andacht, 2005) como muestra de la violencia simbólica que nos agobia hoy día (Bordelois, 2004; Bourdieu, 2005; Tarasti, 2006; Finol, 2006).

Desde el siglo pasado, investigadores como Althusser (1974, 1988) han dado cuenta de los múltiples mecanismos de los que se valen las clases hegemónicas de una sociedad para producir, imponer y reproducir su ideología, con miras a garantizar su supervivencia a lo largo de la historia.
Otros estudiosos del mundo actual al estilo de Chomsky (2003) son más directos al hablar de una industria del control del pensamiento, a través de la cual Estados Unidos –presentado como el máximo exponente del neoliberalismo y de la globalización– ha permeado las fronteras culturales e ideológicas de los diversos países del orbe, con la pretensión de llevar a cabo lo que Ritzer (1993, 2006) y Andacht (2005) han denominado la «mcdonaldización» del planeta, con la consiguiente aparición del ejército de borregos que menciona el lingüista norteamericano (citado por Padrón Guillén, 2003). Esta imagen quizás la recoge nítidamente un comercial de Movistar (telefonía móvil) donde aparece un grupo de estudiantes uniformados, conectados a su aparato y moviéndose con un ritmo sincronizado como autómatas o autistas, mientras la profesora da su clase creyendo que le están prestando atención y asintiendo a su explicación...

Esto incluye el desarrollo de la autonomía en aras de establecer las prioridades más adecuadas para la vida, así como de los valores estéticos que eviten el comportamiento de adolescentes y adultos, de «poner en peligro su salud para poder parecerse a los modelos estándar promocionados por la moda y la estética actual» Ante ese peligro, se impone un trabajo a fondo de educación en la diversidad, donde se aprenda a respetar la singularidad y la diferencia, aparte de que se alerte a la gente en torno al peligro de convertir en hábito el consumo de comida chatarra, además de enseñarles a valorar otras dimensiones de la belleza ubicadas más allá de la superficialidad y del esteticismo vacío de las sociedades de hoy, que obligan a los sujetos a dejar de comportarse como ellos mismos y a intentar parecerse a otros, dando pie a que la estructura periférica desplace a la central.

Alexander Mosquera es profesor de Lenguaje y Comunicación, adscrito al Laboratorio de Investigaciones Semióticas y Antropológicas en la Facultad de Ciencias de la Universidad del Zulia (Venezuela). El presente trabajo es parte del Proyecto CONDES – LUZ Nº CH-1040-07 (03/10/2007).

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jueves, 13 de mayo de 2010

La publicidad de los publicitarios


estudio de la autopromoción de las agencias de
publicidad en revistas especializadas (2000-2007)


La actividad autopromocional de las agencias de publicidad es inherente a la comunicación persuasiva en sentido «moderno» – fruto de la aparición de la agencia técnica – y por ello, su origen se remonta al inicio de la actividad de dichas empresas. Aun existiendo desde el comienzo de la actividad publicitaria en sentido mercantilista, la atención concedida a la publicidad de esta índole desde el ámbito universitario ha sido escasa. Probablemente, la exigua documentación académica sobre el tema en cuestión se deba asimismo a que esta área de conocimiento es incipiente comparándola con otras disciplinas del saber respaldadas por siglos de investigación. Precisamente por esta carencia, sostenemos que estos mensajes publicitarios merecen no sólo atención y reconocimiento, sino también investigación.
Más allá de la finalidad comercial inherente a la totalidad de tipologías de comunicación persuasiva, la observación de su evolución constituye un testimonio histórico del desarrollo experimentado por el sector publicitario y, al mismo tiempo, nos permite observar las transformaciones estructurales, la evolución creativa y el perfeccionamiento profesional alcanzado por las empresas de publicidad.
Mediante la inmersión en las iniciativas de comunicación emprendidas por las propias agencias de publicidad, trataremos de contribuir a un mejor conocimiento de la actividad autopublicitaria de las propias agencias de publicidad e identificar los principales ejes de comunicación por los que optan una muestra representativa de agencias de publicidad con sede en España en sus mensajes gráficos autopromocionales publicados en las principales revistas especializadas del sector publicitario a comienzos del siglo XXI (2000-2007).

En las páginas que siguen a continuación, presentamos un artículo sobre la «autopublicidad» de las propias agencias de publicidad cuyo objetivo principal será obtener un marco teórico contextual en el que ubicar un tema –cuyo corpus teórico es escaso, no siendo así su interés– como es la autoaplicación de estrategias de comunicación por parte de las empresas de publicidad con la finalidad de autopromocionarse, fenómeno que David Ogilvy resumía en la expresión: «médico, sánate a ti mismo»...

En general, las agencias presentan una gestión de su propia comunicación que no está óptimamente aprovechada, especialmente en lo referente a las posibilidades que ofrecen los mensajes gráficos. Desde el punto de vista de los emisores de esta comunicación autopublicitaria, las agencias interpretan estos mensajes como una contraprestación, un «peaje» que deben pagar a cambio de que dichas revistas publiquen noticias referentes a sus propias acciones. Y este escaso interés de las agencias en autopublicitarse revierte directamente en el grado de desconocimiento de la publicidad y sus empresas por parte del gran público.
En resumen, con las consabidas limitaciones, esperamos haber efectuado una contribución al estado del conocimiento del tema que hemos abordado, la «autopublicidad por excelencia» y, por extensión, pretendemos haber abierto una nueva vía de investigación en este ámbito.

Dª. Eva Quintas Froufe, Becaria predoctoral en el Departamento de Derecho Público Especial, Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Vigo.

Dª. Natalia Quintas Froufe, Profesora ayudante en el Departamento de Comunicación y Psicología Social de la Universidad de Alicante.

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martes, 11 de mayo de 2010

Premisa para una teoría


y algunas modestas proposiciones

El texto que presentamos a continuación constituye el último capítulo de uno de los libros que probablemente más han aportado al conocimiento teórico de la publicidad y de sus estructuras profesionales. Su autor es el periodista, escritor y profesor norteamericano especializado en temas económicos, Martin Mayer, y el libro se titula Madison Avenue, U.S.A.: The Inside Story of American Advertising, publicado originalmente en 1958 y que ha tenido numerosas reediciones desde entonces.
En el capítulo que reproducimos, Martin Mayer expone con claridad y contundencia una teoría que comenzaba a abrirse paso por aquellos años: que la publicidad, lejos de ser un instrumento meramente informativo que da a conocer al consumidor un determinado producto, «añade un nuevo valor a los que ya posee el producto»; de manera que a través de la publicidad, escribe Mayer, el consumidor «experimenta una diferencia entre productos técnicamente idénticos porque la publicidad los ha hecho en realidad diferentes». Y es este poder de conferir valor que Mayer atribuye a la publicidad lo que está en la base de su teoría del valor añadido o agregado con la que contribuyó, hace ahora medio siglo, al conocimiento teórico de la publicidad.

De este modo, Mayer venía a poner de relieve el poder constructivo que tiene la publicidad, la cual no se limita a anunciar algo ya existente, sino que lo transforma en la medida que lo anuncia. Y es que, como escribe Mayer, «la publicidad debe, de un modo otro, cambiar el producto que anuncia». Con lo cual estaba proporcionando una plataforma teórica a la acción económica que lleva a cabo la publicidad, específicamente dirigida a activar –y en último término a construir– la demanda desde la producción y a expandir ésta de modo indefinido siempre que la publicidad, y el conjunto de las actividades de marketing, tenga éxito en esa acción activadora y finalmente constructiva de la demanda...

Presentación, traducción y notas del Profesor Dr. Antonio Caro (Universidad Complutense de Madrid).

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jueves, 6 de mayo de 2010

Pensar en traducir la imagen en publicidad


El sentido de la mirada

José Yuste Frías se plantea una seria reflexión sobre la parte que le corresponde al traductor en la lectura e interpretación de la imagen en publicidad al ser el primer espectador de la misma. Dado que la imagen sólo puede existir si es percibida, el sentido de la mirada del traductor resulta ser un factor clave en todo proceso de traducción de textos con imagen. Con el fin de permitir una aplicación práctica más consciente de todo lo que la imagen (para) traduce cuando acompaña textos que van a ser traducidos, se propone un análisis teórico de los mensajes visuales a partir del nuevo concepto de «paratraducción» creado en Vigo. El autor de este artículo insiste en que el estudio de la traducción publicitaria no puede centrarse sólo y exclusivamente en la traducción de la parte verbal del mensaje publicitario sino que se impone pensar en traducir la imagen, es decir, pensar en traducir todas y cada una de las unidades icónicas y verboicónicas que conforman las entidades iconotextuales donde lo no verbal es tan importante, o más, que lo verbal. Para demostrarlo, el artículo termina con un análisis del logotipo Carrefour ofreciendo una lectura, interpretación y (para) traducción de su identidad visual.

La traducción siempre ha consistido en algo mucho más complejo que la simple transferencia lingüística. Al traducir todo tipo de documentos, los traductores no sólo traducimos material lingüístico sino también una gran cantidad de material gráfico, pictográfico, ideográfico, videográfico, sonidos, ruidos, signos, señales, marcas, símbolos, etc. La lista de los distintos tipos de modalidad semiótica puede ser infinita: todo lo que comunica es susceptible de entrar a formar parte de un encargo de traducción profesional. Asistimos en el mercado profesional de la traducción a un renovado interés por la incorporación de la imagen en los encargos de todos los días. Con la tecnología digital estamos viviendo una era multimedia de la profesión de traductor en la cual se quiere transmitir sentido no sólo con ayuda de los mensajes lingüísticos sino también con elementos no lingüísticos como es la imagen en sus diferentes realizaciones fijas (ilustraciones, pictogramas, dibujos, fotografías) o en movimiento (imágenes móviles en pantalla) acompañada de textos escritos, palabras pronunciadas, sonidos y música...

En T&P nos hacemos constantes preguntas desconstructoras sobre cualquier tipo de manifestación verbal (escrita, oral o no convencional) o no verbal implícitas y explícitas en el acto de traducir. Cada vez más se emplea símbolos, signos, marcas, señales, imágenes a la hora de construir distintos tipos de espacios con sentido simbólico para representar nuevas identidades visuales. Las producciones paratextuales son cada día más y más frecuentes, hasta el punto de llegar incluso a sustituir a las textuales ya que, aunque nunca pueda haber texto sin paratexto, sí puede existir paratexto sin texto… paratraducción sin traducción. El logotipo de CARREFOUR constituye el mejor ejemplo de paratraducción sin traducción. Paratraducir el paratexto (la imagen) sin traducir el texto (la palabra francesa Carrefour) parece más que conveniente en los procesos de traducción publicitaria del siglo XXI. De ahí que, ahora más que nunca, resulte esencial no dejar nunca de pensar en traducir la imagen en publicidad si realmente queremos dar sentido a nuestras miradas.

Profesor Titular de Universidad del área de Traducción e Interpretación y Director del Grupo de Investigación TRADUCCIÓN & PARATRADUCCIÓN (T&P) en la Universidad de Vigo.

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martes, 4 de mayo de 2010

El consumismo inducido


reflexiones sobre el consumo postmoderno

El consumismo ha llegado acompañado de un aumento del tiempo libre que los medios de comunicación de masas y la industria cultural han intentado, en muchas ocasiones con éxito, convertir en tiempo de consumo. La industria cultural organiza el tiempo libre y alimenta el deseo, intentando diseñar el entretenimiento y sus horarios, los deseos y sus aspiraciones, intentando imponer las reglas del «tiempo libre» y haciéndonos interiorizar los deseos y preceptos consumistas. La llegada de lo que el historiador inglés Hobsbawn llamó la «sociedad de la opulencia» del siglo XX ha generado una orientación consumista que ha revolucionado la postura de la época anterior frente a la existencia. El consumismo alimenta una concepción distinta de la existencia, mucho más dócil y ligera, y de cuyo núcleo se han eliminado la dureza y la dificultad, en la que los bienes no se evalúan en base a su «valor de cambio», sino a su «valor de consumo».

Con el paso del tiempo y bajo el empuje de la industria cultural y del mundo publicitario, nos hemos convencido de que hay que entender el consumo como un hecho estrictamente privado. Es más, parece que sea uno de los actos que nos caracterizan, que ayudan a formar nuestra identidad, que dan un toque de originalidad a nuestro yo. En realidad el consumo es un «hecho social», y en absoluto privado. El consumo cotidiano tiene repercusiones políticas, económicas, sociales y geoestratégicas a nivel global. Produce unos efectos que son tan diferentes entre ellos como intensos en sus consecuencias: desarrollo o subdesarrollo económico, alianzas internacionales hegemónicas, explotación, usurpación de los recursos naturales y, en algunos casos, hasta guerras...

Parece que el pensamiento crítico se esté atrofiando, y del mismo modo que con el paso del tiempo el hombre ha perdido la capacidad para cazar, pero ha mantenido el instinto, así nosotros estamos perdiendo, por falta de uso, la esfera cognitiva orientada a la crítica. No será un proceso breve, pero los primeros síntomas se pueden vislumbrar en la aceptación sin críticas del statu quo. No seremos nosotros los que más lo sufriremos, sino las futuras generaciones, a las que regalaremos un cuerpo y una mente cuyas capacidades críticas estarán notablemente debilitadas. Y los primeros síntomas son ya más que evidentes.

Doctor en Teoría y Práctica de la Comunicación y la Interculturalidad. Imparte “Sociología de los procesos culturales” en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sassari. Ha sido Visiting Research en el Institute of Communication Studies de la University of Leeds (UK) y Affiliated Visitor en el Department of Sociology, University of Cambridge (UK). Escribe para varias revistas y es autor de cuatro monografías y numerosos artículos.

Traducción de la Dra. María Begoña Sánchez Galán (Universidad de Valladolid). Esta aportación ha sido posible gracias al programa Sócrates de intercambio de profesores de la Universidad de Valladolid.

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